A través de esta fábula moral (aunque a primera vista parezca todo lo contrario), el autor advierte sobre los peligros de construir una familia en base al fingimiento y la mentira. Una Tragedia Argentina se inicia con un gesto banal, casi sin importancia: la mirada furtiva de un hombre en los pechos de su cuñada. Pero cuando éste admite el hecho ante su hermano, gran predicador del sinceramiento familiar, desata su furia. La discusión va tomando cuerpo, comienzan las acusaciones una tras otra y a cada secreto revelado corresponde una agresión física. Los hechos que emergen son dignos de un culebrón (incesto, adicción a las drogas, homosexualidad, paternidades cambiadas, muertos que gozan de buena salud, etc.) y ante esta andanada de revelaciones molestas los personajes reaccionan de la manera mas primitiva y brutal, a PUNTAZOS DE CUCHILLO.